La
inspiración en la composición artística se asocia a un brote de
creatividad. Literalmente, la palabra significa "recibir el aliento", y tiene sus orígenes en el
helenismo y la cultura
hebrea.
Homero y
Hesíodo, en las primeras discusiones sobre la naturaleza de la inspiración destacan como importante tanto los aspectos rituales como los orígenes divinos del aliento de un dios. Por ejemplo tanto el
oráculo de Delfos, como otras
sibilas, recibían el vapor y humos divinos en una caverna dedicada a
Apolo antes de realizar una profecía. En la
Odisea, 22. 347-8, un poeta menciona que sus cantos fueron puestos en su corazón por los dioses.