La
sexualidad humana representa el conjunto de comportamientos que conciernen la satisfacción de la necesidad y el
deseo sexual. Al igual que los otros
primates, los seres
humanos utilizan la
excitación sexual con fines
reproductivos y para el mantenimiento de vínculos
sociales, pero le agregan el goce y el
placer propio y el del otro. El
sexo también desarrolla facetas profundas de la afectividad y la conciencia de la personalidad. En relación a esto, muchas culturas dan un sentido religioso o espiritual al
acto sexual, así como ven en ello un método para mejorar (o perder) la salud.