La
historia de los Países Bajos comienza como la de un pueblo marinero que prosperó en una llanura en el
mar del Norte, en el noroeste de
Europa. Cuando llegaron los romanos, y con ellos la historia escrita en el , la región estaba escasamente poblada por diversos grupos tribales en la periferia del imperio. Más de cuatro siglos de dominación romana dejaron efectos demográficos muy profundos, resultando finalmente en la creación de tres
pueblos germánicos mayoritarios en el área: los
frisones, los
sajones neerlandeses, y los
francos. Algunos misioneros
hiberno-escoceses y
anglosajones intentaron propagar el cristianismo en los Países Bajos en el siglo VIII. Los descendientes de los
francos salios llegaron a dominar la zona con el paso del tiempo y, de este modo surgió el neerlandés.