La
hipertensión arterial (HTA) es una
enfermedad crónica caracterizada por un incremento continuo de las cifras de la
presión sanguínea en las
arterias. Aunque no hay un umbral estricto que permita definir el límite entre el riesgo y la seguridad, de acuerdo con consensos internacionales, una presión sistólica sostenida por encima de 139 mm
Hg o una presión diastólica sostenida mayor de 89 mm
Hg, están asociadas con un aumento medible del riesgo de
aterosclerosis y por lo tanto, se considera como una hipertensión clínicamente significativa.