El término
basílica proviene del
latín basilica que a su vez deriva del
griego βασιλική (fonéticamente,
basiliké) que significa 'regia o real' (fem.), y viene a ser una elipsis de la expresión completa βασιλική οἰκία (
basiliké oikía) que quiere decir «casa real». Una basílica era un suntuoso edificio público que en
Grecia y
Roma solía destinarse al tribunal, y que en las ciudades romanas ocupaba un lugar preferente en el
foro.