Bárbaro es un exónimo peyorativo que procede del
griego (βάρβαρος) y su traducción literal es "el que balbucea". Los antiguos griegos empleaban el término para referirse a personas extranjeras, que no hablaban el
griego y
latín y cuya lengua extranjera sonaba a sus oídos como un balbuceo incompresible u
onomatopeya (
bar-bar- similar a
bla-bla-). En este sentido el término es similar al exónimo peyorativo
popoluca (de
pol-pol-) que los
mexicas dieron a otros pueblos vecinos que consideraban inferiores. Existen escritos, como los de
Isócrates, que demuestran una apertura de este pueblo para concebir a los bárbaros no como "extranjeros", sino como individuos que carecían de
educación, independientemente de su lugar de nacimiento. Más adelante la
etnología y
antropología tradicionales, con una terminología ya desfasada y una
eurocéntrica visión de las
sociedades primitivas, denominó
barbarie a un estadio de
evolución cultural de las sociedades humanas, intermedio entre el de
salvajismo y de
civilización.