El
elemento aire, junto con el fuego, la tierra y el agua, es uno de los
cuatro elementos de las
cosmogonías tradicionales en Occidente y está presente en todas las religiones y sus rituales, en la filosofía
esotérica, en la
alquimia y en la
astrología. Se considera
activo y masculino, al igual que el elemento
fuego, frente la
tierra y
agua,
pasivos y femeninos.