La
Vía Flaminia (en
latín Vía Flaminia) fue una
calzada romana que llevaba de
Roma a
Ariminium y era la principal vía del norte de
Italia. Fue construida por
Cayo Flaminio Nepote durante el tiempo en que ejerció como censor (220 a. C.). Salía de la Puerta Flaminia cercana a la moderna puerta del Popolo y se dirigía al
Puente Milvio (
Pontus Milvius) para cruzar el
Tíber. En Ariminium se unía a la
Vía Emilia.