La base territorial del
señorío de Villena se extendió por una amplísima comarca limitada al norte por el alfoz de la Ciudad de
Cuenca y al sur por el término de la Ciudad de
Murcia y el alfoz de
Alcaraz. Este territorio se estructuró fundamentalmente en dos centros políticos: la Tierra de
Alarcón, al norte, y la Tierra de
Chinchilla, al sur. Y, en torno a ellos, se agruparon otras villas con términos más reducidos, entre ellas,
Iniesta, la Tierra de
Jorquera,
Hellín,
Tobarra,
Almansa,
Yecla,
Sax y
Villena, que, a pesar de conferirle el nombre de señorío, ocupó una situación periférica respecto a todo el conjunto, si bien en sus inicios contaba con las ciudades del Vinalopó (Sax, Elda, Novelda, Elche) como parte del
apanage de
Manuel de Castilla. El señorío experimentó a lo largo del tiempo cambios conyunturales externos, debido a la anexión temporal de alguna población próxima, como el caso de
Villarrobledo,
Lezuza,
Munera,
Jumilla o
Utiel en el
siglo XV, o también las pérdidas de algunas Villas.