El
síndrome purpúrico, también llamado
púrpura a secas, se caracteriza por la aparición de manchas cutáneas de color rojo o púrpura que no desaparecen al aplicarles presión. Se debe a sangrado subcutáneo e incluye la presencia de
petequias (lesiones de menos de 2 mm de diámetro) y
equimosis (lesiones de un diámetro mayor de 2 cm). Las lesiones de tamaño intermedio representan la púrpura propiamente dicha, que puede ser palpable (lo que en general indica la existencia de vasculitis) o no palpable.La púrpura suele asociarse con un trastorno de la hemostasia primaria y tiene como causa subyacente una gran variedad de enfermedades. Entre las infecciosas se destacan el
tifus y la
meningococemia. La presencia de lesiones purpúricas en un niño, en particular si es un recién nacido, requiere una evaluación diagnóstica urgente.