La palabra
latina imperator designaba en tiempos de la
República romana al
magistrado portador de
imperium, el poder de mando militar durante las campañas militares o en las provincias conquistadas. Posteriormente se convirtió uno de los
títulos de los
emperadores romanos y al entrar en el vocabulario europeo político se convirtió en lo que se conoce como
emperador, esto es, un rey de reyes o un gobernante de varios territorios conquistados.