Se conocen como
giros o
circunvoluciones cerebrales (del
latín:
gyrus, pl.
gyri, y este a su vez del
griego:
gýros, «anillo» o «círculo») a las elevaciones tortuosas (
convoluciones) de la superficie del
cerebro producidas al plegarse la
corteza sobre sí misma y separadas por las
cisuras o
surcos. Muchas de ellas son lo suficientemente constantes como para haber recibido nombres particulares. Las que son demasiado inconstantes para llevar nombres específicos se denominan
circunvoluciones anectantes,
de tránsito o
de paso.