La
escultura neoclásica se incluye dentro de una corriente de la
filosofía y
estética de una influyente difusión que se desarrolló entre mediados del
siglo XVIII y del
siglo XIX en
Europa y la
América. Como reacción contra la frivolidad del decorativismo del
rococó, surgió la
escultura neoclásica inspirada en la antigua tradición greco-romana, adoptando principios de orden, claridad, austeridad, equilibrio y propósito, con un fondo de moralización.