Los
Epulones o
septemviros (
septemviri) formaban el último de los cuatro
colegios sacerdotales de la
Antigua Roma. Dirigían los
épulos, o
convites, que se hacían a los
dioses para aplacar su ira y tenían cuidado de advertir los defectos o faltas ceremoniales que se cometían en los
sacrificios.