Las
dorsales oceánicas son grandes elevaciones submarinas situadas en la parte central de los
océanos de la
Tierra. Tienen una altura media de 2000 a 3000 metros y poseen un surco central, llamado
rift, por donde sale
magma continuamente desde el manto sublitosférico a través de las
fisuras del fondo del
océano, y forma nuevos
volcanes y porciones de
corteza oceánica. Debido a esto, las rocas son más jóvenes en el centro de la dorsal (cerca de donde está la fisura) que en la periferia. Esto provoca que a lo largo de millones de años, el fondo del
océano (y por tanto el
océano en si) vaya creciendo y se expanda, por lo que los continentes a ambos lados de ese
océano se alejarán entre sí. Esto es lo que sucede actualmente con el
océano Atlántico, que se expande y provoca que
Europa y
África se alejen del
continente americano, proceso que se inició hace unos 180 millones de años. Por otro lado, la permanente renovación del suelo de los océanos por este continuo fluir de magma hace que esta clase de corteza sea, por lo general, considerablemente más joven que las cortezas continentales, al menos en las partes más próximas a la propia dorsal.