Donato de Besançón (nacido hacia el 590) fue obispo de esa ciudad. Antes de convertirse en obispo, fue monje discípulo de
san Columbano en la
abadía de Luxeuil. Hacia el 626 fue hecho obispo de
Besanzón. Allí aunque los deberes de su cargo lo obligaban a no seguir del todo su vida monástica, fundó un monasterio conocido inicialmente como
Palatium y luego como
de san Pablo. La regla que redactó para estos monjes se ha perdido.