Un
demon, daimon o daimón (en griego, δαίμων) es un concepto de la
mitología y la
religión griega cuyo significado puede ser diferente según el contexto en el que aparece. En los textos de
Homero habitualmente tenía el significado de una divinidad indeterminada; cuando se aplicaba a la vida del hombre, equivalía a la fortuna, la suerte, un genio protector, el destino o la fatalidad. Para
Hesíodo los hombres de la
Edad de Oro se habían convertido por voluntad de Zeus en démones que protegían a los mortales. Los
pitagóricos distinguían entre dioses, démones, héroes y hombres y, más tarde,
Platón, en
El banquete, definió un demon como un ser intermedio entre los mortales e inmortales, puesto que debía transmitir los asuntos humanos a los dioses y los asuntos divinos a los hombres. Dentro de esta concepción platónica, las principales funciones de los démones eran servir de guías a los hombres a lo largo de su vida y de conducirles al
Hades en el momento de la muerte.