El
cloruro de carbono (IV) o
tetracloruro de carbono,
CCl4 es un
compuesto químico sintético,
organoclorado, no inflamable, antiguamente utilizado como
extintor y en la producción de refrigerantes, pero actualmente abandonado debido a su toxicidad. Es un
líquido incoloro de olor ligeramente dulce. Se obtiene haciendo pasar
cloro (Cl
2) por
sulfuro de carbono (S
2C), en presencia de pentasulfuro de antimonio, y separando el tetracloruro de carbono del monocloruro de azufre formado (p.eb. 135,6 °C) por
destilación fraccionada. Puede encontrarse en pequeñas cantidades en el aire. El tetracloruro de carbono se usó en la industria como un buen líquido refrigerante, un potente
plaguicida y
fungicida, un potente producto desengrasante -elimina con suma facilidad ceras, aceites y grasas, tanto las saponificables como las que no lo son-, desinfectante genérico, como solvente en pinturas de aeromodelismo y de uso doméstico, y como agente extintor por la liberación de
fosgeno. Cuando se degrada, forma sustancias químicas que pueden ser perjudiciales para la
capa de ozono.