La denominación
naíf (del francés
naïf, 'ingenuo') se aplica a la corriente artística caracterizada por la ingenuidad y espontaneidad, el autodidactismo de los artistas, los colores brillantes y contrastados y la
perspectiva acientífica captada por intuición. En muchos aspectos, recuerda (o se inspira en) el
arte infantil, muchas veces ajeno al aprendizaje académico.